Mujeres filipinas han conseguido la paz entre dos aldeas recurriendo a una estrategia de resolución de conflictos muy simple: la huelga sexual. A esa conclusión ya llegó Lisístrata, quien, en la ficción, quiso poner fin a la guerra del Peloponeso y, tras convencer a las mujeres griegas para que no mantuviesen relaciones sexuales con sus maridos hasta que terminase la guerra, consiguió la paz entre Atenas y Esparta. La ficción y la realidad, a veces tan iguales.
Cleónica: No tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante.
Lisístrata: Aunque venga a mí en condiciones lamentables.
Cleónica: Aunque venga a mí en condiciones lamentables. (¡Oh Lisístrata, esto me está matando!)
Lisístrata: Permaneceré intocable en mi casa.
Cleónica: Permaneceré intocable en mi casa.
Lisístrata: Con mi más sutil seda azafranada.
Cleónica: Con mi más sutil seda azafranada.
Lisístrata: Y haré que me desee.
Cleónica: Y haré que me desee.
Lisístrata: No me entregaré.
Cleónica: No me entregaré.
(Fragmento del juramento que hacen las mujeres en la obra teatral Lisístrata, de Aristófanes)
Otra estrategia eficaz sería la huelga a la japonesa.
ResponderEliminarTienes razón. El color gris es un mediador nefasto...
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