domingo, 8 de abril de 2012

Kurt Cobain, el albóndiga del mes


Kurt Cobain posa con aspecto estrafalario y decadente durante su última sesión fotográfica, pocos días antes de morir. / Jesse Frohman

Desaliñado como siempre, andrógino como nunca y algo atolondrado. Así se muestra Kurt Cobain en su última sesión de fotos, en la que se lavó los dientes con los dedos, bebíó agua como quien está cansado de beber whisky y parece mirar con distracción a pesar de las gafas, pocos días antes de su muerte. Entre muecas, esmalte de uñas corrompido, eternos cigarrillos y botellas casi vacías, el fotógrafo Jesse Frohman tuvo la oportunidad de inmortalizar a la figura más emblemática del grunge. Con motivo de los dieciocho años de la muerte de Kurt Cobain, la Galería Morrison Hotel de Nueva York acoge estos días la exposición en la que se muestran las famosas fotos del músico con gafas de pasta blancas, chaqueta de leopardo y gorro de aviador.

 

Pocos días después de esas fotos, su sangre se derramaba por el suelo arrastrando una cantidad de heroína tres veces superior a la considerada letal que le habría impedido agarrar una escopeta y disparar. Junto a él, yacía el arma, que parecía anunciar un incuestionable suicidio, así como una supuesta carta de despedida dirigida a su amigo imaginario de la infancia y a su hija. 8 de abril de 1994 y un invernadero junto al lago Washington. Hacía días que formaba parte del "Club de los 27", desde la mañana del 5 de abril. Casi dos décadas después de que un electricista confundiese su cadáver con un maniquí, su muerte sigue siendo uno de los episodios más turbulentos de la historia del Rock. 


El niño feliz que se convirtió en un hombre triste

Una de esas tardes en las que el pequeño Kurt volvía del cole con su fiambrera de Snoopy y una sonrisa que le partía la cara, adelantó a su hermana, se acercó a un piano sin saber muy bien lo que hacía e improvisó una canción: "Hemos ido al parque, hemos comprado caramelos", decía su primera letra. Apenas era un niño con sus preciosos ojos azules y todo el sol desparramado sobre la cabeza, pero los años no hicieron sus canciones mucho más elaboradas. Era consciente de la fuerza de su simplicidad y de lo que escondía: 

"Todas mis letras han sido pedazos de poesía y los pedazos de poesía se toman de poemas que comúnmente no tienen significado en primer término." 

Kurt se inició en la poesía con el cabreo de los ocho años y unos padres a punto de separarse. La pared era su papel favorito para plasmar sus versos cargados de rabia: "Odio a papá. Odio a mamá", decía uno de los versos que llenaban su cuarto. No era un poeta genial, pero era un poeta cargado de sensibilidad y  de rabia, con una sonrisa que daba sus últimos coletazos para dar paso al tormento, azuzado por el divorcio de sus padres, del que a menudo se sentía responsable aunque cargase toda su furia contra ellos. Años después de aquella infancia difícil, Kurt se recordaba como un niño feliz y matizaba: "hasta los nueve años". Reconoció que había tardado mucho tiempo en darse cuenta de que él no era el culpable el divorcio de sus padres.

Después de la tarde de los caramelos y de su primera canción, no tardó en llegar su batería de Mickey Mouse, personaje que le encantaba dibujar cuando su vena artística empezaba a impregnar de belleza y fealdad todo lo que le rodeaba. Fue una faceta poco conocida, aunque desde sus primeros años en el colegio destacaba en plástica y en sus cuadros puede verse el reflejo del artista atormentado obsesionado con los fetos y los caballitos de mar que se desenvuelven en un entorno amarillo y rojizo por el que a menudo se desplaza alguna forma fálica. Las portadas de Incesticide e In Utero muestran el claro estilo de un artista atormentado y abrumado por el mundo. Algunos de sus cuadros serán subastados estos días.


Uno de los cuadros de Kurt Cobain. Posesión de Tracy  Marander, su primera novia

Tampoco tenía una voz excepcional, ni era un alumno brillante en música, pero supo sacar partido a su dolor y burlar el paso de los años con un estribillo que empezaba con un saludo, una declaración de intenciones tan simple como "Hello, how low?", con una voz desgarrada a punto de dejarse llevar por la rabia de toda una generación desencantada. "Smells like teen spirit", la canción que partió del nombre de un desodorante (Teen Spirit) fue el tema que le catapultó a la fama de la que huía, aunque paradójicamente, desde pequeño sabía que algún día sería una estrella de la música, lo anunciaba convencido a sus amigos y años después lo recordaba:
"Cuando tenía nueve años sentí que podía ser una estrella del Rock, un astronauta o el Presidente"
Pero él quería ser una estrella rara, de las que suelen aparecer en pantalla con la suciedad de una semana desparramándose por su melena, aderezada con polvos de fresa, de las se dejan el alma y la voz y vuelven a casa como si nada. De esas que, como Janis Joplin aseguraba, hacen el amor con 25.000 personas cada noche y vuelven solas a casa. Y sin embargo, aquel nuevo famoso que no quería ser famoso pero que no dejaba de llamar a su manager exigiendo explicaciones cuando no veía sus vídeos en televisión, se convirtió en el muerto más rentable, superando al mismísimo Elvis Presley. A los catorce años, convertido en un adolescente pegado a una tele que daba portazos, gritaba y empezaba a experimentar con su animal favorito hasta el punto de matar al gato de su vecino a carcajadas, insistía: "Voy a ser una gran estrella de la música, me suicidaré y me veré rodeado de un halo de gloria", confesó a uno de sus amigos al volver de clase. Quería imitar a Jimi Hendrix y morir a los 27 años como él, llegó a afirmar incluso que "la juventud sólo dura hasta los 27 años. A partir de ese momento, junto a la juventud, se va la vida también".

Después de "coco", "papá" y "mamá", "gatito" fue una de las primeras palabras que Kurt prendió.
Era habitual verle jugando con gatos y mimando a sus animales favoritos años después.

Toda su vida había dado un vuelco y el niño feliz estrenaba faceta de joven abrumado y atormentado: casi había dejado de hablar, de ver a sus amigos y de tener relación con su padre y su madrastra. Fue a esa edad cuando apareció su primera "biografía", publicada en un periódico estudiantil en el que aparecía reseñada la vida de los alumnos más populares, cuando Kurt apenas mostraba su rareza fuera de casa más allá del silencio que empezaba a acechar su vida de estudiante, hasta entonces, popular. "El albóndiga del mes" apareció publicado en octubre de 1979 en Puppy Press y resumía al kurt adolescente:

"Kurt está en séptimo de nuestro colegio. Es rubio y tiene los ojos azules. El cole le parece bien. La clase preferida de Kurt es la de música y su profesor preferido, el señor Hepp. Su comida y bebida favoritas son la pizza y la Coca-Cola. Su expresión preferida, "perdónate". Su canción favorita es "Don´t Bright Me Down" de E. L. O., y su grupo de rock favorito, Meatloaf. Su programa de televisión preferido es Taxi y su actor favorito, Burt Raynolds". (citado en Heavier Than Heaven, de Charles R. Cross)

Pronto sus padres le echaron de casa, supuestamente por cuestiones espaciales, y Kurt no encontró otra alternativa a vivir con su tío Chuck. Un amigo de su tío, Warren Mason, consiguió una guitarra para él y empezaron sus primeras clases de guitarra. Aprendió a tocar "Stairway to heaven" de Led Zeppelin y "Back to Black" de AC/DC. 


Antes de la existencia de Nirvana, Kurt Cobain había formado, en 1985, la banda Fecal Matter, desintegrada apenas un año más tarde. Poco después de su desaparición, Krist Novoselic y Kurt se unieron dando lugar a Nirvana, con Kurt a la guitarra y la voz, y Novoselic al bajo. El primer batería sería Chad Channing, con él grabaron Bleach, disco que vería la luz en 1989. El batería no parecía encajar con lo que Kurt y Novoselic pretendían que fuera Nirvana, por lo que Channing fue sustituido por Dave Grohl. Con él, Nirvana debutó en 1991 con Nevermind, desbancando a Michael Jackson con 15.000 copias vendidas.


Ese año se hacía público el noviazgo entre Kurt y Courtney Love. Un año después, Courtney se quedó embarazada y a los pocos días de conocer la noticia celebrron una boda hawaiana en la playa de Waikiki. El 18 de agosto, nacía su hija, Frances Bean, devolviéndole la felicidad que desde hacía tiempo no encontraba. Su amor por Courney era descomunal, en una ocasión afirmó: "En el fondo soy gay, podría ser homosexual, pero me siento más atraído por Courtney que por cualquier otra persona en el mundo". Pero la relación amenazaba turbulencias, las discusiones y la heroína se convirtieron en una constante y Kurt se preocupaba por el futuro de su hija mientras los dos se convertían en unos yonkis sin saber muy bien qué hacer con sus vidas: no quería que Frances escuchase en el colegio que sus padres habían sido un desastre.



Cuando Kurt reconoció su consumo diario de heróina comenzó a correr el rumor de que su drogodependencia afectaría negativamente al rumbo de Nirvana. Courtney le recordaba a menudo que Nirvana se hundiría por culpa de su adicción a la heroína, a pesar de que ella también la consumía habitualmente. Desde pequeño, por causa de su trastorno de déficit de atención e hiperactividad, se le prescribió ritalina. Un medicamento que, según Courtney fue el causante de su posterior adicción: "Si eres un niño y te dan esa droga, que te hace sentir ese sentimiento [eufórico], ¿a dónde más vas a recurrir cuando seas adulto?", decía su viuda. 


Un soldado imaginario en Vietnam

Su amigo imaginario desde que tenía dos años, al que llamó Buddha, estuvo presente a lo largo de su vida, en su nota de suicidio y hasta durante su funeral. Courtney leyó entre lágrimas y gritos la nota de suicidio, dedicada a Buddah y habló de este personaje ficticio que apenas los más cercanos a Kurt "conocían". La temprana supuesta ausencia de su amigo imaginario marcó su vida: aunque nunca terminó de creérselo, sus padres le dijeron que Buddah había sido reclutado para ir a la guerra de Vietnam con su tío. 

Nota de suicidio de Kurt Cobain dedicada a Buddah y a su hija, Frances Bean Cobain

Kurt Cobain empezó a morir el 4 de marzo de 1994 en Roma. La mezcla de rohypnol y champagne provocaron una sobredosis casi letal que se interpretó como su primer intento de suicidio. El medicamento le provocó cierta amnesia que impidió a Kurt recordar qué había pasado en Roma, pero desde entonces empezó a temer a Courtney, hasta el punto de comprar un arma para "defender" su vida. Kurt confesó su temor a la policía y a su mejor amigo, Dylan Carlson. Días después de la sobredosis sufrida en Roma, Courtney llamó a la policía asegurando que su esposo se había encerrado en una habitación con un arma y que pretendía suicidarse. Cuando llegó la policía, Kurt insistió en que no tenía ninguna intención de quitarse la vida, sino que simplemente estaba huyendo de Love. El 30 de marzo ingresó en un centro de rehabilitación en Los Angeles, del que escapó a los dos días para regresar a Seattle.



El cuestionado suicidio


Tras dos días de desaparición, en abril de 1994, Courtney contrató a Tom Grant, un investigador privado para que descubriese el paradero de Kurt. Cuando, el 8 de abril, el electricista Gary Smith llegó a la casa de Kurt, cerca del lago Washington, para instalar un sistema eléctrico de seguridad, le encontró tirado en el suelo sobre un charco de su propia sangre. Llevaba cuatro días muerto y, según la autopsia, la causa de la muerte fue una "herida de bala auto-inflingida en la cabeza", aunque pocos lo creyeron, especialmente desde que el propio Tom Grant puso en duda el suicidio y siguió con su investigación que, iniciada por Courtney, acabó convirtiéndola en la principal sospechosa de una posible conspiración para acabar con la vida de ese agitador de jóvenes en que se había convertido el líder de Nirvana. Tom Grant encontró razones suficientes para desmentir el suicidio:
  • Kurt tenía una cantidad de heroína en el cuerpo tres veces superior a la considerada letal, que le habría impedido agarrar una escopeta y disparar.
  • El propio padrastro de Courtney aseguró que ella había matado a su marido. 
  • Eldon Hoke, cantante de los Mentors aseguró que Courtney le ofreció 50.000 dólares para matar a Kurt. Dos días después, su cadáver aparecía sobre las vías de un tren en California. 
  • El informe forense en el que se basó la policía fue realizado por un amigo de Courtney Love. 
  • Durante los días que transcurrieron entre la muerte y el hallazgo del cadáver, alguien había estado usando su tarjeta de crédito. Tras la noticia de la muerte, no se volvieron a realizar movimientos.
  • La mayoría de las fotos y pruebas desaparecieron. 
  • En una segunda carta de despedida, Kurt se despedía claramente de sus fans y anunciaba dejar la música, no morir. Courtney ocultó esta carta. 
  • La nota que aparecía junto al cadáver comenzaba así: "Estoy echado en la cama...". Tom Grant se pregunta irónicamente si alguien a punto de suicidarse se molesta en hacer la cama, porque no parecía ni siquiera que alguien se hubiese sentado sobre ella.
  • Un tiempo después se supo que Courtney y Kurt habían estaban a punto de divorciarse. 
  • Expertos en grafología han asegurado posteriormente que el final de la nota de suicidio no se corresponde con el resto, y que podría haberla terminado otra persona. 

Estas y otras dudas acerca de la muerte de Kurt aparecen en el documental "¿Quién mató a Kurt Cobain?"


"Nadie muere virgen, la vida nos jode a todos"


Cobain era uno de esos grandes filósofos de finales del siglo XX y ni él mismo lo sabía. Más conocido por su música, su tristeza y sus pantalones rotos, de vez en cuando dejaba caer alguna perla simple y aplastante que ahora llena las páginas web abarrotadas de citas célebres. "Las estrellas están ahí, sólo tienes que mirarlas" es quizá una de sus frases más famosas, pero más allá de la mera contemplación y las reflexiones metafísicas, Kurt a menudo reflexionaba sobre las drogas o la homosexualidad, y siempre se mostró públicamente en contra de las drogas que consumía, a favor de la libertad sexual y de cualquier causa con la que sintió que debía comprometerse. Entre sus famosas frases figuran: "Si odias a las mujeres y odias a los homosexuales, no vengas a nuestros conciertos". Desde joven destacó por su inteligencia y gran sentido del humor, muchas veces absurdo pero con un trasfondo que iba más allá de las banalidad de sus palabras. Cuando alguien encendía una hoguera, solía gritar: Pero, ¿cómo podéis arruinar un buen fuego como ese haciendo humo?". Siguió reflexionando sobre el fuego hasta el último momento: "Es mejor arder que apagarse lentamente", decía en su nota de suicidio, en alusión al estribillo de "Hey, Hey, My, My" de Neil Young. 


Y ardió. Su cadáver fue cremado y una tercera parte  de sus cenizas se esparcieron en el río Wishkah, otra fue a parar a un monasterio budista en Ithaca, Nueva York, y una tercera parte se le entregó a su viuda. Se ganó la inmortalidad en vida, porque no sólo los viejos, los jóvenes rockeros nunca mueren. 



13 comentarios:

  1. EL MEJOR DE TODOS LOS TIEMPOS ♥♥ MI MAS GRANDE IDOLO !

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  2. Este es uno de los mas completos y mejores articulos que he leido en toda mi vida sobre un artista, el otro fue de Van Gogh y lo hizo Biochannel xD , demasiado bueno es este articulo, dice publicado por Virginia Mendoza, de ser asi le agradezco mucho por este articulo, ha tomado un lugar en mis marcadores ^___^

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  3. coincido con el sujeto de arriba unos de los mejores articulos sobre Kurt que he leido.. Kurt es y sera por siempre uno de los mas grandes . Personalmente luego de haber visto la primer foto de él y de averiguar quien era, me cambio la vida y la perspectiva de gran parte de las cosas

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  4. Genial... estupendo.. para nosotros los verdaderos fans de Kurt...nos resulta maravilloso leer tus parrafos..

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  5. Grande papa KURT COBAIN el mejor grupo " si se fue , fue y lo ido a quedado" eres leyenda .
    CARGA LAS PISTOLAS---> KURT COBAIN que con las luces apagadas se juega mejor.
    Un gran filosofo (Y).

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  6. Forro vos la concha de tu madre

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