viernes, 26 de julio de 2013

Una tumba que se va llenando de muerte


La tumba del marinero (La Bella Varsovia, 2013) es Luna Miguel gritando con el pelo suelto y descubriendo que algunas tumbas están vacías, son temporales, son personas que poco a poco se llenan de muerte. Cadáveres que crecen. ¿Madurez? Quizá sea el tema en torno al que giran casi todos los poemas del libro: la pérdida de la inocencia, hacerse mayor. La tumba de marinero podría ser una versión visceral y en verso (por momentos en prosa poética) de El Principito.

A Luna Miguel no le gustan los poetas que intentan dar pena. Por eso prefiere dar asco y crea imágenes grotescas que remueven vísceras y arañan. Ella dice que la fealdad crea belleza, y por eso nos describe imágenes muy suyas. Luna vomitando. Luna arrancándose la piel. Luna sangrando. Los olores vaginales de Luna. Todas estas imágenes conformanan un poemario intimista del que se percibe un intento por comprender la infancia para dar sentido a la recién estrenada madurez y casi un ajuste de cuentas consigo misma, con los errores pasados y con las irresponsabilidades adolescentes. Pero también es un ejercicio de aceptación del presente.

En La tumba del marinero siempre está el amor, porque, aunque su autora quiera dar asco, a ella le brota el amor de esas uñas a menudo corrompidas. Y no sólo el amor hacia su pareja, su amor monógamo. También, y por encima de todo, el amor hacia la madre, hacia la madre de la madre y a la poesía como madre de todas las madres y cáncer de todos los cánceres-poetas. También aparece la Luna nieta abrazando a su abuela como la madre que abraza a la niña después de una pesadilla. Y conmueve. Quiera ella o no.

En La tumba del marinero está hasta Quevedo diciendo que "todos sois muertos de vosotros mismos" cuando Luna dice "Esta es mi amplia tumba y tú escribiste / su epitafio. / No hay cadáver. No hay tumba". La madre viva, con pelo nuevo, es el leitmotiv de este poemario cargado de dolor y de muerte propia asumida. Porque, ¿qué es crecer si no conocer la muerte ajena y descubrir, a través de ésta, que no eres inmortal porque has visto a los tuyos morir; saberte tumba que alberga un cadáver que crece y crece? ¿Y qué es la vida sino un cáncer que nos mata lentamente a todos?


Hace unos meses entrevisté a la autora. Puedes leer la entrevista aquí o aquí.

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