jueves, 22 de septiembre de 2011

Lo que pasa y lo que puede pasar en un tren



SOBRE RAÍLES, VARIOS AUTORES

Sobre raíles
VV. AA.
Imagine Ediciones
282 págin
ISBN: 84-95882-36-1as
Viajes
Relatos


El Transcantábrico, tren que recorre el norte de España, cumplió veinte años en 2003 y, para celebrarlo, la red ferroviaria FEVE tuvo la idea de reunir a diversos escritores. Pudieron disfrutar durante una semana del paisaje cantábrico desde el tren y de diversas excursiones a cambio de casi nada: un relato. Los veinticuatro relatos, de temas y géneros diversos, fueron publicados en el libro "Sobre raíles", una pequeña muestra del panorama literario nacional en la que participaron autores de renombre.


Recorrido del tren


Los mejores relatos:

El vuelo de los pájaros (Espido Freire): Muestra la futilidad de la venganza mediante una reflexión sobre la lucha por el poder. Una chica arrogante tratará de seducir a un ex socio de su padre. Viaja desconcertada por la presencia de un chico misterioso cuya actitud no logra encajar.

El beso del andén ( Marta Rivera de la Cruz): Reflexión sobre los encuentros y las despedidas; sobre la magia de los trenes y todo lo que los rodea: personas, maletas, andenes, rituales, etc. La protagonista tiene por costumbre observar el reflejo de los sentimientos ajenos en las estaciones.

Sidi Ifni - Posada de Llanes (Pedro Páramo): Un niño viaja junto a su madre en tren, donde conocen a un peculiar sargento que vuelve de Sidi Ifni para casarse en Posada de Llanes con una chica a la que no conoce. Una historia de amor surrealista y, posiblemente, irreal.

Te querré hasta la muerte (Dulce Chacón): Es un relato precioso que, escrito en un tono de prosa poética, relata la búsqueda mutua entre dos pasajeros: Marcel y Amaranta. A lo largo de todo el texto, Marcel busca el momento de pronunciar una frase que no atina a decir.

La señorita Paipay, o lo que prefieras (Juan Cobos Wilkins): Ofelia ha de empezar a vivir por prescripción médica. Descubre la importancia de las pequeñas casualidades y empieza a ser feliz. Lo que piensa sucede al instante: ese es su secreto. Mantiene un ritmo impecable.

Poeta de culto (Ignacio Merino): Matías es un taxista madrileño que ha de llevar al aeropuerto a un tímido poeta de culto que se arrepiente y decide volver a casa. Encarga a Matías dar la noticia a los otros escritores, que le confunden con el poeta. El taxista no lo piensa dos veces.

Lo que se me olvidó meter en la maleta (Luis Reyes Blanc): Reyes vive en el vacío en el que se sume un escritor al terminar un libro. En ese momento de desidia, surge la oportunidad de viajar, aunque no recuerda adónde va. Es de los relatos más próximo a la literatura de viajes.

"Hay unos momentos en la existencia de un escritor en que éste es particularmente vulnerable: siempre que termina un libro".

Emilio (Carlos de la Rosa): Emilio falleció en un accidente de tráfico en Buenos Aires. Reencarnado en gato imaginario, acompaña a Carlos a lo largo del viaje. Un relato con mucho sentido del humor y alguna alusión a la migración que cuestiona la gestión de los políticos:

"Mira lo que han hecho nuestros queridos gobernantes, Carlos. Nos han obligado a vivir lejos de casa, a morirnos en ciudades desconocidas llenas de extraños..."

El bote sifónico (Rafael Reig): Narra el viaje desde el punto de vista de un pasajero que vive de hacer sobornos. Buenas reflexiones y buen estilo. Uno de los mejores relatos del libro.

"A lo mejor la vida no es más que eso, hay que ir cambiando de costumbres, con ayuda de parejas, viajes y tragedias familiares, hasta el día en que por fins nos resignamos a la única costumbre definitiva, a oscuras y en una caja de pino".

"El matrimonio es el Paleolítico, con esa comunicación casi por señas, las rivalidades territoriales y los turnos para vigilar el fuego, porque si se apaga, ya no sabemos volver a encenderlo".

Ouija (Martín Casariego): Un asesino a sueldo ha de buscar dentro del tren a otro asesino que, a su vez, le busca a él. Consigue mantener la tensión.

Son tus ojos (David López): Relato surrealista que propone un debate filosófico. Tras atravesar un túnel, el tren se encuentra en la nada. Una historia de una originalidad desbordante que recuerda a cuentos de autores como Borges (al que por cierto menciona).

Está aquí (Jesús Callejo): La historia versa en torno al Grial, que, en manos de su protagonista, resulta ser un objeto impensable, aunque no exento de gran valor simbólico.

"La verdad asusta si la miramos frente a frente y mucho más si la miramos frente a un espejo".



Otros:

La mil novecientos uno (Emilio Ruíz Barrachina): Estresante. Frases cortas e inacabadas.

El tren de la infanta (Ramón Pernas): El más cercano al cuento infantil, con princesa incluída.

Desde el puente (Milagros Frías): Algo lioso e incomprensible.

En busca de la luz (Jesús Ávila Granados): El peor del libro. Diálogos que dan dolor de cabeza.

Tren de vida (Eugenia Rico): Animales que persiguen el tren y poco más.

La flor del espino (un cuento romántico) (Antonio Pérez Henares): Caótico. Pasa de hablar de caza y recolección a hablar de los Templarios, de La Regenta o de catedrales.

La pluma estilográfica de Ricardo Pardias (Manuel García Rubio): Aburrido.

El regreso (Juan Eslava Galán): Algo flojo.

Querida Laura (Ángeles Carmona González): Flojo.

El chico de la estación (Luis Conde): Aburrido y demasiado extenso.

La vía causal (Javier Sierra): Flojo.

Z. de P. (Javier García Sánchez): Aburrido. Le salva la risa de una dentadura postiza.

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