jueves, 12 de enero de 2012

Cada uno en su sitio




El hombre blandengue, definido como "ese hombre de bolsa de la compra, [...] de carrito de bebé..." es detestable. Así lo consideraba El Fary, reconocido filósofo, en una entrevista que ayer rescató Ramón Lobo en Facebook y que me viene muy bien para ilustrar unos cuantos subrayados de un libro que leí recientemente y con el que me reí mucho: "Usos amorosos de la posguerra española", de Carmen Martín Gaite. La autora cita perlas como las siguientes, recogidas en periódicos, revistas y grabaciones durante su investigación:

"La convivencia constante que se observa entre chicos y chicas...desde el punto de vista de la mujer en estas latitudes no creo que sea positiva. Conviene que las mujeres conserven cierto misterio, conviene que no se dejen tratar fácilmente de tú...¿por qué eliminar incógnitas que pueden ser la base de muchas ilusiones?" (Josep Pla, "Calendario sin fechas", en Destino, 8 de junio de 1946).

"No nos parece mal este avatar que transforma a la inútil damisela encorsetada en compañera de investigación. Pero a nadie más que a ella es necesario un freno protector que la detenga en el momento en que una desaforada pasión por el estudio comience a restar a su feminidad magníficos encantos...Nos asusta tanto para la mujer propia o simplemente para amiga leal la mujer que calla sin atreverse a formular controversia como aquella otra que sabe tanto como nosotros y no nos mira con admiración cuando le explicamos un tema de mecánica o geopolítica. Y, puestos a elegir, preferimos a aquella callada y silenciosa, que nos considera maestros de su vida y acepta el consejo y la lección con la humildad de quien se sabe inferior en talento". (José Juanes, Medina, 9 de mayo de 1943)*.

"Amamos a una mujer que nos espera pasiva, dulce, detrás de una cortina, junto a sus labores y sus rezos. Tememos instintivamente su actividad, sea del tipo que sea" (Editorial de Medina, 20 de marzo de 1941).


Las siguientes imágenes corresponden a la "Guía de la buena esposa", que se entregaba a las mujeres que pasaban a formar parte de la Sección Femenina:
















*Medina fue una revista que durante la posguerra trató de adoctrinar a la mujer, aconsejándola para ser una mujer ideal, o lo que el franquismo entendía por mujer ideal, ejemplificada en la figura de Pilar Primo de Rivera.

Más sobre Medina y la mujer: http://www.ugr.es/~arenal/articulo.php?id=16



3 comentarios:

  1. Aquello sí que era una sociedad bien ordenada. Ahora vamos en caída libre, con tanto libertinaje.

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  2. Y he olvidado lo mejor. Mira qué consejazo:

    "Recuerdo haber escuchado a cierto profesor de Formación Política, un rubio fornido del que todas estábamos algo enamoradas, aconsejarnos en uno de sus discursos que si nos decían algún piropo por la calle, no debíamos limitarnos a callar o a apretar el paso con apuro, porque eso era anticuaddo. Que lo que había que contestar con la cabeza alta era: "Yo soy de Falange", cuya declaración se suponía conjuro de suficiente eficacia como para poner en fuga al osado tentador de nuestra fortaleza" (Carmen Martín Gaite)

    Algún día lo aplicaré a ver qué pasa.

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