miércoles, 25 de febrero de 2009

MTV Winter 2009

Querer sentirse único es algo inherente a la condición de ser humano. Yo con hora y media de vez en cuando me conformo. Si algo he admirado siempre de alguien que se sube a un escenario es su capacidad para conectar con el público. Esa es la diferencia entre músico a secas y artista, porque la esencia del arte es lograr transmitir aquello que quieres que llegue. Por eso quizá no vuelva a pagar por ir a un concierto de Extremoduro. Aunque es uno de mis grupos favoritos, no me gusta pagar por algo que puedo escuchar en mi casa. Quizá sea un poco maniática por ello, pero en un concierto espero algo más que escuchar música y sentir lo que te hacen sentir esas canciones, para eso están los discos. Esperas ser único/a entre miles de personas. No es egocentrismo, entre otras cosas porque es algo que parte de otra persona, y no de uno mismo. Si esa persona consigue que con una mirada o una sonrisa a una nada repleta de personas sientas que estás solo y pienses: me ha mirado a mí, merece la pena pagar por ella las veces que sea necesario. Anoche James Walsh (Starsailor) y, especialmente, Alex Kapranos (Franz Ferdinand), consiguieron que me sintiese única entre casi 40.000 personas, por eso volveré a verles mientras pueda. 

A destacar: 

-El batería de Polock, muy bueno para mi gusto. 
-El colocón de lo que fuera de Gustaf Norén y Björn Kihlberg (Mando Diao). Si no iban hasta el culo, fingen muy bien. Eso sí, hicieron un conciertazo. 
-El sonido no era muy bueno, suerte que estuvimos entre las primeras filas y ahí era bastante aceptable. 
-El DJ que nos entretenía entre las actuaciones. Otro artista que consiguió hacernos disfrutar de la parte más aburrida de un festival. 
 -El momentazo de la noche: cuando todos los miembros de Franz Ferdinand se pusieron a tocar la batería.

 

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