miércoles, 31 de octubre de 2012

No voy a salir de aquí mientras me quede una página de Hinson por leer, una canción suya por escuchar



No voy a salir de aquí (Alpha Decay, 2010) es la prisa con título de quietud. Paul ve a Apple y ambos apenas necesitan unas veinte páginas para irse a vivir juntos. Es una de esas parejas imposibles que gustan y fortalecen las historias sencillas (y paradójicamente raras) que discurren sobre cuatro ruedas. Apple es una loca adorable. Una mala influencia con nombre de fruta. Una manzana obsesionada con la Biblia tentando a un hombre perdido, frustrado y, a menudo, borracho. Escritora caótica, borracha y demente, crea imágenes tan entrañables como ella misma: Apple en bragas y gorro comiéndose un bollo sobre la nieve; Apple gritando a las cucarachas: “¡Soy vuestra amiga!¡No temáis!¡Somos iguales!”. Con una vieja máquina de escribir a cuestas logra encandilar a Paul, un camarero que sueña con ser escritor, quizá un alter ego de Hinson. Malhablado y sensible, Paul merodea por las calles durante meses hasta que consigue pagar una habitación en un motel de mala muerte, hasta que Apple le invita a huir de su rutina. 

La locura, el humor negro, el dolor y el alcohol son las constantes de la primera de las novelas que Micah P. Hinson esconde en cajas; una historia breve y rápida que nos lleva desde la vida hasta la vida a través de la huída y la búsqueda. Si, para Apple, la Biblia es un alegato al libre albedrío, No voy a salir de aquí lo es a los perdidos que, como ellos, buscan el sentido de la vida por carreteras secundarias. 
Hinson se hace con el estilo de los mejores autores beat en una novela escrita con urgencia (en menos de un mes). Está obsesionado con Kerouac, asegura haber leído unas cien veces "En el camino" y eso siempre sale por algún sitio, aunque reconoce como principal influencia a Bukowki y su novela se ha comparado hasta la saciedad con la película Buffalo '66. Las cartas y relatos escritos por Apple, intercalados a lo largo de la historia, aportan un toque poético y brillante que encandila al lector a base de frases inconexas en una especie de prosa poética demencial y dolorosamente bella que Paul suele tachar de basura. Haré el esfuerzo de seleccionar un breve fragmento: 
"Presuntas inseguridades dilatadas de ramitas en ciego repiqueteo. En llanuras dotadas de visión con restos de nuestra atmósfera. Sólo para practicar quemaduras en el cielo. Él practicaba quemaduras en el cielo. En mi corazón. Dejando un pesar agrio de venas circulando sangre exánime. Arroyos donde respirar, fluyendo por grietas anónimas en las aceras, devueltos quedamente hasta donde antaño volvimos para acometer dichos viajes ignotos. Con los ojos vendados pero cogidos de las manos. Encabezando sólo para ir detrás. Juntos. Ciegos."
Hinson creyó que su novela no tenía mensaje. Luego lo encontró: “puedes desperdiciar tu vida si te rodeas de gente inútil.” Claro que sí.


3 comentarios:

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  2. Buceando un poco he llegado hasta este blog, y que decir ademas de que me ha dado muy muy buenas vibraciones las entradas que he leido de momento.

    Te sigo para estar al tanto de nuevas entradas, y te remito a mi blog por si te entra la curiosidad:
    http://croquetascontingentes.blogspot.com.es/

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